jueves, 14 de agosto de 2008

Clausura de la exposición “FLOTANDO”, Obras de Camilo Barboza Domingo 17 de agosto – Galería Rosablanco – Maracaibo


Rostros mutados y mutilados, perturbados del pasado y el presente, cargados de brillantes colores, con técnica mixta que va desde pigmentos industriales, acrílicos hasta objetos diversos; hasta el domingo 17 de agosto, en la Galería Rosablanco, ubicada en el mall Delicias Plaza de la ciudad de Maracaibo, mostrará la exposición “Flotando”, obras del joven artista Camilo Barboza.
Con un gran caudal de irreverencia y nostalgia, Barboza se reencuentra con el público zuliano, bajo el talento que lo caracteriza. En esta oportunidad somos testigos de una bien construida estridencia visual. Contradictorio concepto donde los colores de Barboza, brillantes e industriales, se entretejen en una armonía, por muchos conocida, pero que en esta oportunidad trastoca ciertas partes de su propia naturaleza.
Sus rostros, perturbadores y agraciados a la vez, parecieran hablar de un mundo de irrealidades, habitado por mutantes homínidos, que está mucho más cerca de lo que parece. Sin proponérselo, Camilo Barboza nos invade con cuerpos mutilados, carentes de bocas y otros órganos, donde los ojos se transforman en manchas que no permiten que el reflejo exista. Personajes de los que nada se sabe; mas, de quienes la curiosidad llevara al público ha permanecer frente a ellos tratando de descubrir sus historias.
Pero ese es sólo uno de los tantos caminos de significantes que ha construido este artista. Si nos dejamos guiar por su mano, es muy probable que recorramos senderos de maderas, papeles o plásticos, cuya innata fortaleza se niegan a abandonar un nombre propio, pero que aún así, renacen de una metamorfosis entre pieles y nuevas texturas. Un discurso que contiene ese extraño vínculo que Barboza posee con el pasado, lo antiguo, la familia y la ciudad, recuerdos que permanecen flotando alrededor, cual fantasmas intervenidos por su contemporaneidad, indicando que de él falta mucho por conocer y ver.
Tras una larga lista de exposiciones colectivas e individuales en diversos lugares del país, un premio “Armando Reverón” en su categoría joven, otorgado por la Secretaría de Cultura y el Consejo Legislativo del Estado Zulia, estudios en el área del diseño y la arquitectura, sin mencionar sus vínculos profesionales con el teatro y la danza, nos hacen pensar que ha llegado el momento de dejar de ver a Barboza como un “novel” artista. Hecho que se reafirma al definir a “Flotando”, su nueva muestra, como el estado de introspección que mantiene en todo momento, cuando pinta o construye una nueva obra de arte. Una elevada experiencia de los sentidos que él asume por completo, incluso en la consecuencia de experimentar sensaciones propias de quien se sabe capaz de crear y transmitir un mensaje al público.
Camilo Barboza y sus obras son un solo individuo, una contradictoria armonía donde se mantiene el descaro propio de la juventud, lenguaje transgresor de las obras, la creatividad y habilidad de la técnica, nos esperán en la Galería Rosablanco en el Delicias Plaza de Maracaibo, a las siete de la noche donde el joven artista mostrará su exposición “Flotando”.

Texto del curador Martín Sánchez

Camilo Barboza (Maracaibo, 1984)

Flotando es el titulo de la exposición que nos presenta Camilo Barboza. Muestra que materializa una búsqueda hacia lo inmaterial, producto de vivencias personales de viajes físico, traslados de un sitio a otro dentro de nuestra geografía y también viajes mentales, en los cuales la fantasía, lo deseado, lo buscado, le han permitido indagar dentro de su propio mundo y del mundo de otros, para luego representar esos movimientos terrestres o espirituales en un dialogo de formas, colores, texturas.

En esta muestra Camilo indaga no solo con el soporte bidimensional, sino que se atreve a ir mas allá, indagando en la tridimensional, desprendiéndose de esos referentes formales producto de sus estudios de diseño y arquitectura, que le daban rigidez a su obra, abriéndose a nuevas experiencias creativas que le invitan a indagar en el espacio, en lo tridimensional.

En su búsqueda estética trata de generar un colapso intencional para hacer confluir medios en una sola obra, permitiendo diálogos y experimentación, abriéndose a la modernidad del caos y a la cuarta dimensión, es decir, al espacio mismo, a la dimensión del infinito, dotando a los objetos de plasticidad, situación que nos invita a indagar en la concepción de la realidad y sobre los múltiples subjetivismos estéticos.

Nos muestra figuras humanas sintetizadas confrontadas con animales, libros nunca leídos, rescata objetos de la cotidianidad, herencia de artistas anteriores a él, como los cubistas, dadaístas, surrealistas y por su puesto del Pop Art, y apuesta por una libertad expresiva utilizando la técnica de la yuxtaposición de diferentes elementos, tales como: pigmentos industriales, materiales de desecho, trapos viejos, entre otros.

Igualmente cabe reflejar que los títulos de sus obras no son ajenos a este proceso creativo que el artista experimenta, los cuales también surgen de poemas escritos por él que luego recompone y extrae frases que serán como parte de la lectura de la obra.

Sus obras son producto de una íntima relación del artista y sus formas de escape de la cotidianidad que disfruta, que vive, o que no acepta.

Apollinaire invitaba, hacia 1913, a producir un colapso sobre todo en el tríptico platónico Belleza, Bondad, Verdad, y Camilo inconcientemente se suma a esta invitación para descubrir nuevas potencialidades en su proceso creador, invitándonos a unirnos al viaje infinito que nos brinda el arte.


Martín Sánchez

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